Del riesgo a la resiliencia: cómo la industria puede asegurar parte de sus necesidades en materias primas críticas

A medida que el mundo entra en una era de resolución climática, renovaciones y renovación tecnológica a gran escala, la Edad de Piedra y la del Hierro aún no han terminado. Los minerales y metales siguen siendo componentes clave de las nuevas tecnologías sostenibles, debido a sus propiedades únicas. El suministro de materias primas críticas y estratégicas está, por tanto, bajo presión, con riesgos crecientes de interrupciones.

Estos materiales son esenciales en sectores como la movilidad eléctrica (litio, cobalto, níquel, tierras raras), las pilas de combustible (metales del grupo del platino), la energía eólica marina (níquel, cobre, tierras raras), la aeronáutica (titanio), la energía fotovoltaica (cobre, silicio) y la defensa (wolframio: 12 % de la demanda mundial), entre otros.

La Agencia Internacional de Energía (IEA) prevé un aumento de diez veces en la demanda de litio, tres veces en la de cobalto y el doble en la de cobre para 2050.

Según el CEPII, cumplir los objetivos del Acuerdo de París supondría cuadruplicar el consumo mundial de minerales.

Disponibilidad y Acceso

La Unión Europea ha identificado un problema estructural clave: el suministro mundial de materias primas críticas está altamente concentrado.
En 2023, Asia representó el 62,3 % de la producción mundial total de minerales y metales, mientras que América del Norte apenas superó el 15 %.
China destaca como el actor dominante. Durante décadas, el país ha desarrollado un modelo de autosuficiencia, anticipando las necesidades industriales y aplicando políticas adaptativas mediante fiscalidad y controles a la exportación. Estas medidas afectan a la producción, refinado, distribución y almacenamiento de una amplia gama de metales.
En 2022, China produjo el 90 % de las tierras raras y el 74 % del cobalto a nivel mundial. En conjunto, controla entre el 60 % y el 90 % de los metales esenciales para las tecnologías bajas en carbono, remodelando así la dinámica del mercado global.

Según la Comisión Europea, China suministra el 100 % de las importaciones de elementos de tierras raras pesadas de la UE. Turquía cubre el 99 % del boro y Sudáfrica el 71 % del platino, además de mayores proporciones de iridio, rodio y rutenio.

En este contexto, asegurar el acceso a largo plazo a las materias primas estratégicas ya no es solo un asunto empresarial: es geopolítico. Estos recursos se han convertido en palancas estratégicas en las negociaciones internacionales.

Reuters informó en marzo de 2025 que el antimonio –utilizado en semiconductores, retardantes de llama, equipos solares y municiones– no se exporta a la UE desde octubre de 2024. La restricción responde a controles impuestos por China, que produce cerca de la mitad del volumen mundial, provocando un fuerte aumento de los precios.

A su vez, Estados Unidos está acelerando sus inversiones en capacidades internas de minerales críticos y busca asegurar el acceso a los recursos mineros europeos.

Mientras continúan las negociaciones a alto nivel, las economías deben enfrentarse a una incertidumbre creciente de forma cotidiana.

En respuesta a ello, la UE está reforzando su soberanía y autonomía estratégica mediante nuevas regulaciones, en particular la Ley de Materias Primas Críticas (CRM), promulgada en 2024. La ley tiene por objeto:

  • Establecer una lista de materias primas estratégicas y críticas (CRM). Se han señalado 16 materias primas estratégicas y 34 materias primas críticas;
  • Cartografiar los activos mineros dentro de la UE;
  • Co-invertir en proyectos sostenibles de minería y refinación;
  • Incluir los materiales críticos en una estrategia coordinada de almacenamiento público-privado;
  • Reforzar las asociaciones internacionales para la visibilidad y el acceso al suministro;
  • Promover la circularidad, incluida la minería urbana,

No todos los países cuentan con reservas explotables. Además, muchos proyectos mineros enfrentan oposición pública por motivos ambientales o históricos. La aceptación por parte de las comunidades sigue siendo un tema importante, y los procedimientos de autorización suelen ser largos.
Mientras se concretan nuevas inversiones y asociaciones, las soluciones más inmediatas para la UE son: mejorar las capacidades existentes, construir reservas estratégicas a tiempo y reforzar el sector del reciclaje.

Consideraciones industriales

Desde la pandemia de la Covid-19, el sector industrial mundial se enfrenta a interrupciones recurrentes en las cadenas de suministro. La volatilidad y la incertidumbre definen ahora el entorno operativo.

La industria, en su conjunto, tiene un papel indirecto que desempeñar frente a este “fait accompli” geopolítico, reforzando los lazos cualitativos con sus socios comerciales internacionales y activos que puedan influir, en la medida de lo posible, en el equilibrio global hacia un mundo más estable.

Los diálogos de alto nivel para abordar obstáculos y soluciones adaptativas a través de federaciones pueden ser realmente eficaces para fomentar la eficiencia. Pero a nivel macro, eso es todo.

Más allá de la diplomacia, una de las medidas más concretas que puede adoptar la industria es almacenar materias primas críticas dentro de los Estados miembros de la UE, en alineación con el CRM Act. Esto ayudaría a mitigar los posibles choques derivados de un descenso significativo en la relación comercio mundial/PIB, que actualmente se sitúa en torno al 60 %.

La agrupación estratégica de materias primas mejorará la escalabilidad y la eficiencia de costos, al tiempo que protegerá frente a posibles escaseces de suministro.

Según la Comisión Europea, los riesgos se agravan por los bajos índices de sustitución y reciclaje.

De hecho, el verdadero peso de la industria también reside en las decisiones que toma para gestionar sus operaciones. En última instancia, se trata de la elección de los materiales utilizados en el diseño de los productos, buscando al menos materiales de alto rendimiento que sean disponibles, seguros, duraderos y reciclables.

Los minerales y metales son esenciales por sus propiedades funcionales únicas. Estas no pueden verse comprometidas por sustitución ni aleación. Además, como se ha indicado, la demanda se incrementará de forma considerable.
Factores clave como la minería urbana, las tasas de reciclaje, la larga vida útil del producto, el bajo mantenimiento de materiales de alto rendimiento, son todos criterios fundamentales para una gestión racional de materiales, que recae parcial o totalmente dentro del ámbito de la ingeniería industrial y la función de compras.
El conocimiento, la selección y el diseño de materiales están convirtiéndose en ejes centrales de la planificación estratégica. Tomar las decisiones correctas a nivel micro y macro – a corto y largo plazo – es esencial para garantizar el acceso sostenible y la competitividad industrial. Son ámbitos en los que la industria tiene un papel pleno en términos de ESG.

En Aperam, estamos comprometidos a colaborar con cualquier parte interesada para compartir conocimientos sobre resiliencia estratégica y de materiales, con el fin de contribuir, de manera conjunta y sincera, a la sostenibilidad.

Fuentes

Herramientas:

Cristina Marques
Head of Market Insights
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